· ¿Cómo aprovecha Laura Esquivel la Revolución mejicana
para intensificar el interés del lector en la novela? No olvidar referirse a
detalles precisos.
Ensayo redactado sobre la respuesta de Agustina Castellanos
La novela Como agua para chocolate
transcurre en un período de mucha inseguridad y violencia de la historia
mejicana, en la época de la Revolución que va de 1910 a 1919 pero con la visión de una mujer de fines del siglo XX. Laura Esquivel ubica su obra en este
tiempo porque es defensora de los derechos de las mujeres, es feminista; se puede
decir que el rol del género femenino en esta etapa revolucionaria comienza a destacarse por su compromiso en la lucha política ya que antes no
estaba bien vista la independencia ni mostrar tanta decisión en la mujer. Las mujeres comienzan a participar activamente en la vida nacional y en el país que va cambiando. Utilizando una trama interesante,la autora intensifica así el interés del lector a través de acontecimientos
y la rebeldía de Gertrudis.
Antes de la Guerra Civil predominaban varias tradiciones, que con el tiempo desaparecen y nuevas
libertades son adquiridas.
Las mujeres luchan por sus derechos, por ser tratadas como los hombres
y abandonar los roles predeterminados por la sociedad. La autora demuestra cómo el género
femenino puede actuar como el masculino en la guerra, enfrentando batallas. Esto puede verse claramente en la página 169 cuando Gertrudis se enrolada en el ejército y logra, a fuerza de
batallas, luchando y derramando sangre, ascender hasta el cargo de Generala, llega a tener una tropa a su mando y es respetada por ambos sexos. Nos damos
cuenta de esto, cuando en el capítulo X el sargento le responde: “Sí, pos creo
que sí mi generala”, y ella con mucho
carácter le dice: “¡Más te vale porque
si no te juro que te mando a fusilar!”. Aquí Gertrudis demuestra poder, autoridad, no es la típica soldadera (mujeres que acompañaban a
los revolucionarios, les cocinaban, satisfacían sus necesidades, etc.); Gertrudis forma parte activa de la Revolución y Esquivel
la describe como un modelo a seguir, como una mujer que más allá de la época se
libera y pelea por lo que quiere. Por el contrario, a los hombres en esta obra
se los caracteriza como débiles, como personas no combatientes ni fuertes, están en el otro extremo opuesto de la mujer. Un claro ejemplo, cuando Juan
Alejandrez huye del ejército (en realidad del campo de batalla) para ir con
Gertrudis: “…el informe que llevaron fue que el capitán había enloquecido
repentinamente durante la batalla y que
por esa causa fue que había desertado del Ejército”.
Se puede decir también, que la
autora decide posicionar la novela en
este tiempo por la poca seguridad con que se vivía en el país y porque las mujeres no podían andar solas por la ciudad
ya que había muchas violaciones, raptos, destrucciones de casas y hasta se
tomaba posición de los bienes. Cuando Rosaura se iba a casar, Mamá Elena no
permitió que ninguna de sus hijas viajara a la capital por la inseguridad: “La
revolución no permitía que uno viajara de una manera segura por el país…” (cap.
II, página 33). Es así como Tita le
cuenta a Mamá Elena cómo desapareció Gertrudis: “...los federales, a los que Tita aborrecía, habían
entrado en tropel, habían prendido fuego a los baños y habían raptado a Gertrudis”.
Para concluir, principalmente, Laura Esquivel ubica su novela en esta
época por el rol de la mujer, porque claramente es una defensora del sexo
femenino. Las mujeres buscan ser respetadas como los hombres, luchan por su independencia, por sus derechos, demostrando que pueden
hacerlo con valentía, con diferentes personajes y cambios a través de la
historia. La autora demuestra una postura bastante feminista aprovechando así
esta época que se inicia a fines de 1910 y que sin la participación del la mujer no hubiese sido posible generar un cambio.
·
Los hombres están al servicio del mundo femenino en la
novela de Esquivel pero eso no basta
para señalar que su autora no atrape al lector masculino.
Ensayo elaborado por Nicolás Pasaglia (texto corregido y modificado levemente)
A lo largo de la
historia de la humanidad, la sociedad siempre ha adoptado pensamientos
machistas, razón por la cual las mujeres
han sido consideradas inferiores y, por ende, se encontraban con una infinidad
de limitaciones, las cuales se fueron perdiendo con el tiempo ya que en la
actualidad podemos ver a mujeres como presidentes o primeras ministros. Pero
estos hechos de machismo son inaceptables y autoras como Laura Esquivel
establecen en sus obras, tal es el caso de Como agua para chocolate, puntos de vista feministas para contrarrestar y, de alguna forma, imponer su
posición. No obstante las técnicas narrativas de la autora llevan a personas de
ambos sexo a sentirse atraídos por la lectura de su novela.
Ni bien empezamos a leer la novela notamos que nos introducimos en el mundo de las recetas, de las cuales hay una gran variedad
desarrolladas a lo largo de toda la novela que tienen una estrecha relación con
el desenlace y los sentimientos, y es de saber que el arte culinario no es del
mayor interés por gran parte de los hombres pero aun así les resulta de su
agrado el desarrollo de la novela debido a diversos factores que utiliza la
autora tales como incorporar el tema del odio y la infidelidad. Para empezar,
el odio es muy marcado, especialmente entre Tita y Mamá Elena,
ya que esta le prohibía el ejercicio del amor. Tita llega hasta a afirmar que
le desea la muerte a su madre y lo mismo pasaba por parte de Mamá Elena ya que constantemente la humillaba y "ninguneaba", privándola
de la felicidad. Podemos analizar este sentimiento de odio como una emoción
extrema, que caracteriza más al sexo masculino. También podemos
encontrar la infidelidad como tema recurrente que atrae al hombre, puesto que
se lo conoce como un ser más infiel y el
hecho de que sea específicamente tratado por una autora mujer llama aún más la
atención de los lectores masculinos. Además, esta cuestión del adulterio es
un tema principal en la obra ya que el amor prohibido entre Josefita y Pedro
solo se podría dar a través de esta forma. El hecho de que
Gertrudis no sea hija del mismo padre que Rosaura y Tita, nos permite ver que la
infidelidad es más frecuente en la familia De la Garza de lo que puede
esperarse, sobre todo si el manual de Carreño (citado tantas veces en la novela) enseña las claves de la decencia. Pero
también es necesario comprender por qué Mamá Elena toma un rol masculino en la
familia.
Una
vez adentrados en la novela notamos la carencia de personajes masculinos principales, por ende el lector puede llegar a la suposición de que no son de gran
importancia. Pero su presencia es necesaria ya que la autora, a través de la subordinación del hombre a la mujer,
puede transmitir su mensaje de una forma más eficiente y así imponer su punto
de vista feminista. Pero, ¿cómo es que aun así puede atrapar a lectores del
sexo masculino? Sencillo, el hombre cuenta con hormonas tales como la
testosterona que si bien lo llevan a ser más violento también lo hacen un ser
muy predispuesto a lo sexual, dejándose llevar fácilmente por el erotismo, tema incluido por Laura Esquivel. Este contenido narrativo está muy presente en toda la historia, ya sea
por el deseo sexual de Pedro hacia Tita y viceversa, o también porque contamos
con la reacción de Gertrudis ante la ingesta de “Codornices en pétalos de rosa”, comida que la lleva a desnudarse y correr así por el campo hasta que un capitán de la guerra civil la levanta y se la lleva
con él mientras tienen relaciones arriba del caballo. Lo que llama la atención
al lector masculino son las descripciones eróticas ya que si bien fueron escritas por una mujer
los detalles implementados nos dan la impresión de que han sido escritas por un
hombre y eso genera un gran interés por seguir leyendo y, debido a dichas
descripciones, una atracción hacia Tita.
Como
conclusión podemos decir que la manera de expresar un punto de vista de una
forma tan feminista y aun así llamar la
atención de aquellos hombres que leen la novela es admirable ya que el sexo masculino siempre se ha creído y creerá superior frente
a todo lo demás. Sin embargo, ninguno de los personajes masculinos se siente
superior a las mujeres: Pedro acata una propuesta que no lo favorece, Juan se
casa con una generala (tienen el mismo cargo en el ejército) y John es un hombre muy sensible porque no es mejicano.
- Vuelva a leer el principio de la novela hasta “para ella reír era una forma de llorar”. Dé su apreciación de cómo Esquivel mezcla aquí el lenguaje de la cocina y el de las emociones para captar el interés del lector.
Ensayo elaborado por de Mariano Vanetta (texto corregido y modificado levemente)
Como agua
para chocolate es una novela en la cual se mezclan las emociones con la cocina de una manera directa. Su autora, Laura Esquivel, logra atraer al lector
mediante comparaciones y similitudes, o bien, haciendo una referencia a la
cocina, como en el fragmento citado en la consigna respecto de la cebolla.
Lo primero que nos llama la atención de la novela es la forma en la cual la narradora describe
la acción de llorar con/por una cebolla. La
apelación de la narradora al lector preguntando si alguna vez ha
sufrido el poder de la cebolla es una forma de llamar la atención y, por lo
tanto, despierta el interés del lector, el cual se pregunta por qué haría una pregunta tan tonta y simple. También,
mediante la corta descripción sobre Tita nos da a entender que ella tiene un
vínculo muy fuerte con cualquier cosa relacionada con la cocina. Por ejemplo,
sabemos que Tita nació en un parto prematuro debido a que Mamá Elena estaba
picando cebolla y esto llevó a que rompiera la bolsa y su hija naciera llorando. Este vínculo es muy
particular ya que la autora, mediante el realismo mágico, hace que el
lector se esfuerce por entender semejante suceso que no es nada normal pero que es descripto como algo común: “Nacha barrió
el residuo de las lágrimas que había quedado sobre la loseta roja que cubría el
piso”. Esta cita muestra claramente otra estrategia que usa Laura Esquivel para
atraer al lector, relaciona la tristeza de Tita no solo por la cebolla que
la hacía llorar sino que también sabemos que nació para sufrir como bien
menciona la narradora: “…Tita nació llorando de antemano, tal vez porque ella
sabía que su oráculo determinaba que en esta vida le estaba negado el
matrimonio”. Estas hipérboles producen una pena en el lector y lo llevan
a ponerse del “bando” de Tita e interesarse más en sus acciones o historia.
Otra interrelación muy notable entre la
cocina y los sentimientos es el hecho de que Mamá Elena pierde la capacidad de
amamantar y este fenómeno permite que Nacha cuide a Tita y, por lo tanto, esta
desarrolle una atracción hacia la cocina como si su vida dependiera de ello:
“Para ella reír era una manera de llorar”, aquí, se mezclan los sentimientos de
Tita con la cebolla, sus sentimientos están encadenados a esta verdura, pero
ella, por costumbre y por hábitos, ya no reconoce si llora por tristeza o si lo
hace por felicidad. Por eso mismo, la narradora explica que su llanto es una
forma de expresar su felicidad pero también todos sus remordimientos hacia la
familia. Este tipo de dudas permite al cada lector plantearse y decidir si ese llanto era para bien o para mal. Cada
lector puede formar su propia opinión y hasta su propia “mini” historia
mediante esta frase.
Para concluir, podemos decir que Laura Esquivel, mediante diferentes recursos (mezclas de lenguas, hipérboles, etc.) logra atrapar al lector en las tres primeras páginas de la novela, logrando así un interés
mucho mayor por su lectura y su entendimiento.